Aunque las definiciones todavía están en el aire, la próxima contienda electoral podría definirse desde el esotérico proceso interno que se vive al interior de los partidos para la selección de sus candidatos.

El dato que sin duda rompe con todo lo que históricamente hemos vivido es la cantidad de nombres femeninos que formarán parte de la baraja.

En días anteriores, mi compañero Alfredo Mendoza expresaba en este espacio que la lógica electoral no existe. Para sostener ese argumento analizó un buen número de relevos en la Presidencia Municipal: el inexplicable triunfo de Catalán y de Pelayo, entre otros momentos políticos locales.

Personalmente creo que cuando decretamos la inexistencia de la lógica se debe a que no se colocaron sobre la mesa una cantidad suficiente de elementos a discutir. En este caso, el de las alcaldías locales, vale la pena agregar un ingrediente: la cercanía de la elección federal anterior, especialmente la todopoderosa contienda presidencial.

Revisemos un poco. La tragedia de Colosio y el triunfo de Zedillo fue exactamente un año antes del triunfo de Manuel Montenegro, misma que puso fin a nueve años de administración panista.

En el 2000 el país votó por Fox y un año después, Jorge Catalán recuperaba la alcaldía para el blanquiazul. El 2006, cuando "haiga sido como haiga sido" ganó Calderón y mantuvo al PAN en Los Pinos, fue un año antes del triunfo del también panista Pablo Alejo López.

La siguiente elección intermedia, esa que Enrique Pelayo ganó pese a que hizo todo lo posible para que esto no sucediera, fue inmediatamente posterior a la crisis de 2008 y al momento más álgido de la violenta guerra contra el narco.

El 2012 triunfa Peña Nieto y un año después Hirata retiene la presidencia municipal en la cancha tricolor.

Conste, no digo que sea determinante, sin embargo no podemos dejar de observar que el posicionamiento logrado por un partido después de ganar una campaña tan intensa como la presidencial, ejerce un efecto halo sobre los siguientes meses de la vida política del país.

Igual que a la mitad del sexenio de Calderón, la imagen presidencial se encuentra por los suelos y como si fuera una broma de mal gusto, el priísta anfitrión que festeja candidaturas de unidad, es el mismo que defendió a capa y espada el aumento al IVA en la franja fronteriza. En serio, para el PRI Chris López es una ficha mal jugada en este proceso.

En nuestro sondeo, prácticamente 2 de cada 10 nos dicen que votarían por una mujer sólo por el hecho de serlo. Sumar este 20 por ciento al voto duro de cualquier partido debería ser leído como una ventaja para competir. Si además este voto es contra el PRI, el margen para fallar en la apuesta es realmente muy bajo.

El otro factor distinto en esta elección es la participación de los independientes que aunque podrían captar un porcentaje interesante de población, el hecho de que en Ensenada sean cuatro y no sólo uno, divide el esfuerzo y de mantenerse así dudo que logren una triste regiduría.

En Tijuana el asunto es distinto: una mujer como Carolina Aubanel que va como independiente y cuenta con décadas de posicionamiento en la escena de los medios fronterizos, seguramente podrá a temblar a más de tres.