Los pelos de la Mula y los papás.

Nota publicada el 18 de junio de 2006
por Elizabeth Vargas

Uno de los trabajos mas delicados que le pueden dar a un ser humano, es ser papá.

Los hijos, no traen cuando nacen un instructivo de operaciones y si llegan en cambio, con una gran cantidad de interrogantes, que conforme pasan los años, lejos de responderse se complican un poco más.

Recién nacidos, especialmente cuando los padres son primerizos, sufren igual que las mamás, el llanto que no saben porque es, las levantadas en la madrugada y luego en el mundo moderno, tener que preparar biberones y cambiar pañales.

Las anécdotas entre los padres primerizos son innumerables, pero a diferencia de las mujeres no será un tema de conversación mientras toman un café o una copa con los amigos.

Ellos por estereotipos no platican de eso, aunque sepan las cucharadas exactas de leche en polvo, la marca hipoalergénica de pañales, lo que dijo el pediatra en la última cita y no hayan dormido ocho horas corridas los primeros cuatro meses del bebé.

Luego cuando los bebes empiezan a caminar, se sienten tan o mas orgullosos que las madres por las primeras palabras, por el primer beso, el primer diente y tampoco cuentan como las mujeres con lujo de detalles las gracias y los avances del pequeño, aunque en la noche los espere para dormirse en sus brazos.

Luego sigue la guardería y el kinder y mientras las mamás hablamos de cómo crecen de que ya recorta y hace dibujos, los papás lo mas que pueden hacer es conservar como un trofeo a veces por años un trabajo manual donde se notan las huellas de los deditos de su hijo en la oficina. ( podría enlistar a varios).

Los padres cuando hablan de los hijos difícilmente dan detalles, a diferencia de la mayoría de las mamás, ellos demuestran el orgullo pateando una pelota junto con su hijo, jugando béisbol, mostrándole como manejar una bicicleta o unos patines.

Luego en la adolescencia se complican las cosas, mientras la turbulencia que acompaña la edad pasa, el distanciamiento es evidente y es entonces cuando puede entrar en acción el papá que siempre entenderá cuando es preferible darles un poco de silencio en lugar de mas presión.

Conforme avanza la juventud y los estereotipos dejan de ser importantes los papás presumen orgullosos a sus hijos estudiantes, a los hijos que a su vez son padres y entonces abuelos pueden hablar ya sin tapujos de los bebitos y las cucharadas de fórmula.

A lo largo de los años me ha tocado encontrar a muchos papás que deberían recibir premios por ser como son, a esos que además de ser proveedores y protectores son guías y excelentes amigos de sus hijos.

Felicidades.

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