En un comunicado de prensa se informó que dicha prohibición deberá ser acatada por los 184 estados miembros de CITES y afecta a 3 mil 148 especies registradas por la Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad (CONABIO) ante la CITES dentro de las cuales hay 2 mil 513 de plantas y 635 de animales

Esta medida, solamente es aplicada en la actualidad a otros seis países en el mundo: Somalia, Djibuti, Liberia, Santo Tomé y Príncipe, Afganistán y Libia.

La Secretaría de Exteriores mexicana ha enviado este lunes a una delegación a Ginebra para tratar de negociar las sanciones. Mientras, las organizaciones ambientales anticipan las consecuencias de esta prohibición.

El pasado 27 de febrero, México presentó ante la CITES un plan de acción para combatir el tráfico ilícito de totoaba un pez endémico de Baja California y proteger con ello a la vaquita marina, (Phocoena Sinus) un escurridísimo mamífero marino, catalogado como el más pequeño del planeta y endémico también del Golfo de California, conocido también como Mar de Cortez.

Estimaciones de especialistas refieren que actualmente podrían existir alrededor de 8 vaquitas marinas en la zona del alto Golfo de California, en un espacio que comparten con la tototaba y pese a estar declarado como reserva y haber sufrido innumerables restricciones de pesca, sigue siendo un área donde pescadores furtivos extraen totoaba para aprovechar su vejiga natatoria.

Dicha vejiga natatoria, conocida popularmente como buche de totoaba ha sido históricamente un producto deseado por países asiáticos, principalmente china a donde se envía de forma irregular ya seco.

La explotación descontrolada de buche de totoaba provocó a mediados de los años 70s, que su pesca fuera vedada permanentemente en el Golfo de California, sin embargo, el tráfico continuó de manera furtiva.

Restaurantes chinos de Mexicali, primero, de Estados Unidos después y luego grupos de traficantes Chinos, convirtieron al buche de tototaba en un producto de alto valor comercial, que llega a superar los 8 mil dólares el kilo, de ahí que haya quienes la califiquen con cocaína del mar.

La totoaba y la vaquita marina comparten el mismo espacio de la zona del alto Golfo de California donde las redes de arrastres prohibidas desde hace años son usadas por pescadores furtivos y abandonadas, y es estas es donde la vaquita marina se enmalla y muere ahogada.

El 26 de marzo el gobierno mexicano, anunció que consideraba un trato inequitativo hacia país, no tomar en cuenta el esfuerzo que se ha realizado y que ha reconocido CITES públicamente, pero a pesar de ello, está abierto al diálogo y con disposición de atender las observaciones de ese organismo”, afirmó.

A través de un comunicado conjunto, las secretarías de Relaciones Exteriores (SRE), Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), de Marina (SEMAR) y de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), reclamaron la corresponsabilidad de los países de tránsito y destino del tráfico de totoaba, así como el financiamiento internacional para combatirlo.

“México mostró su buena voluntad al presentar de manera anticipada una versión preliminar del Plan de Acción para recibir comentarios, los cuales fueron atendidos en el documento final. Para su elaboración, se contó con una amplia participación de 10 instituciones al más alto nivel que están comprometidas en dar seguimiento y cumplir con las acciones propuestas ante la instancia internacional”, afirmó el Gobierno mexicano.

“Es importante señalar que en la problemática del tráfico ilegal de la totoaba hay una corresponsabilidad internacional de países de tránsito y de destino. Asimismo, resulta necesario el cumplimiento del ofrecimiento de CITES para financiar estudios en atención al Alto Golfo de California. El Gobierno de México reitera su disposición de trabajar conjuntamente para revertir esta decisión y atender de manera específica los temas puntuales que le son requeridos”.

Es importante señalar que si bien por ahora la CITES ha prohibido comerciar con especies consideradas ‘delicadas”, por su estatus como orquídeas, pieles de reptiles y cactus, algunas voces reclaman que estas sanciones y prohibiciones se apliquen a otros productos y especies comerciales.