Varias patrullas resguardaron el perímetro entre la calle Siete y Ryerson en espera de las manifestantes que con pancartas y consignas recorrieron las principales calles de la zona centro.

Esta ocasión no hubo pintas, solamente consignas y una exigencia, que casos de feminicidio en Ensenada sean resueltos y denuncias se atiendan.

En la marcha pese a ser pcas, destacaban los mensajes no solamente por lo que decían, sino por quienes lo mostraban.

‘Que haber nacido niña no sea una condena”, era la pancarta que portaba una pequeña de no más de 12 años y una bebé en su carreola otra que rezaba “No voy a crecer con miedo”.

Uno de los letreros recordaba a Dinarely Galván Geraldo una mujer que murió apenas el pasado 23 de julio del 2021 a manos de su expareja Manuel Alejandro actualmente en proceso penal.

El letrero reclamaba, “Una orden de alejamiento no sirve si la policía no hace nada” “No le importó dejar a unos niños sin su madre, a una madre sin su hijo y al mundo sin su hermosa sonrisa”

Hace más de dos décadas la Asamblea General de las Naciones Unidas emitió una resolución que establece el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, cuya finalidad es coordinar actividades para concientizar y dimensionar la magnitud del reto de una vida libre de violencia.

De acuerdo a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV), la violencia contra las mujeres se encuentra definida como “cualquier acción u omisión, basada en su género, que les cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte tanto en el ámbito privado como en el público”. Estas acciones u omisiones constituyen una violación a los derechos humanos de las mujeres al no garantizar su libertad, desarrollo y seguridad.

El caso Dinarely: