A poco de cumplirse un año y medio de declararse el estado de emergencia debido a la propagación del virus por la Covid-19, los locatarios del Mercado de Mariscos de Ensenada, mejor conocido como Mercado Negro, comienzan a ver un repunte en la venta de sus productos.
Julio Díaz, socio locatario de dicha central abastecedora de pescados y mariscos, relató en una entrevista para Ensenada Net, que durante 2020 las ventas bajaron muy por debajo de lo acostumbrado, con la pandemia encima se perdió toda la temporada alta desde la cuaresma hasta el verano.
Ahora para 2021 con la llegada de las vacunas las personas han empezado a salir más y el mercado se encamina hacía su normalidad económica y regresa a la dinámica de movilidad que lo caracteriza, de igual manera ya no se aprecian tantos locales vacíos como era el caso del año pasado, señaló el comerciante.
“Si ahorita el verano está a todo lo que da, mucha gente que viene de Mexicali, Rosarito Tijuana, Tecate a pasear, cuando ya se van a ir pasan por aquí para llevar su pescado”
Destacó que el crecimiento en las ventas, si bien es cierto no es como antes a la pandemia, se ha elevado de manera gradual gracias a que muchos de los restaurantes de la zona turística y el Valle de Guadalupe, reabrieron sus puertas por ende requieren de insumos en el caso de los que cocinan productos del mar.
Por otro lado, reconoció que a lo largo de la trayectoria del Mercado Negro, se han presentado una serie de percances que han puesto en duda la transparencia del lugar, sin embargo, declaró que se trata de un Mercado de Mariscos, renovado donde los socios que laboran actualmente buscan las maneras correctas de ejercer su profesión.
“Antes era pura robadera pedias de un pescado molido y te daban de otro, pero ahora no, todos los que estamos ahora nadie vende pescado ya molido, tu pides y escoges el filete y si lo quieres molido te lo muelen delante de ti para que estés seguro de lo que te estás llevando”, subrayó.
Reiteró que con la pandemia han implementado nuevas formas de trabajo como la colocación de los productos marinos ahumados en vitrinas para evitar las moscas, así como colocar mayor cantidad de hielo en las charolas de mariscos y pescados frescos, además de una limpieza y desinfección constante del lugar.
“En verano se viene la mosca y hay que trabajar contra ella, ahora usamos las vitrinas, ponemos más hielo, estamos al tanto aquí del pescado”.