Las modificaciones en las distintas estaciones obedecen a la Reforma Energética la cual prometió un beneficio significativo para el consumidor final, es decir, opinó el dirigente, “para el automovilista del diario”.

Advirtió que ningún comprador verá cambios significativos en el rendimiento de la gasolina sino que habrá competencia de centavos, que cada quien lo notará paulatinamente, e insistió en que no esperen una reducción de 12 ó 13 pesos.

“!Que quede muy claro al público! no porque entren esas marcas va a bajar el precio sino que será igual pero con diferencia de centavos, de entre 15 ó 20 más abajo”, estimó.

El representante se arriesgó, y no dudó que el precio por litro de gasolina llegue a los 18 pesos al cierre del año,

Comparó los precios del combustible con los del gas LP y mencionó que si bien hace unos años el tanque costaba 400 pesos ahora ronda en los mil pesos, los aumentos son imparables.

“Cada quien va a confiar en la marca que más le convenza y cada quien va a decidir con qué marca se queda”, indicó.

Las marcas que entraron a Ensenada son Arco y PB, en proceso están Chevron, Costco y Shell.

Empleados quedan en las mismas

Personal de una de estas nuevas gasolineras denunció que, mientras el diseño de los expendidos mejoró, para ellos no hay beneficios ni en salario, capacitación, muchos menos incentivos.

Aseguraron que el sueldo que reciben semanalmente por trabajar ocho horas al día y seis días a la semana es de apenas 850 pesos, pero las propinas son un extra.

“Solo nos dieron un overol y... !sobres! nos pusieron a trabajar sin explicarnos nada”, dijo un trabajadora.

En las estaciones de Estados Unidos las bombas de gasolina son automáticas, sin embargo, en México hay más de medio millón de empleados que viven de está actividad por lo que las empresas en el país están lejos de prescindir de ellos.