Loky, Patotas y Ezequiel son tres rapaces entrenadas, un águila de Harris un halcón cernícalo y un halcón peregrino que fueron las estrellas este miércoles de la Expoambiente 2017, donde con asombro los asistentes observaron y se enteraron que estas aves son uno de los agentes aeroportuarios que con su vigilancia protegen a la aviación.
Pero no solo eso, también vigilan campos de cultivos, basureros, industrias y grandes empresas para evitar que gaviotas, palomas y otras aves menores generen problemas al instalarse o alimentarse en dichos sitios convirtiendose en un sistema de biocontrol.
Marco Antonio Martínez Damian de Contacto Salvaje, explica el trabajo que ellas desempeñan gracias a su entrenamiento y que permiten que otras especies como palomas o gaviotas no sean envenenadas o intoxicadas ya que con solo verlas sobrevolar, las otras aves huyen por miedo.
En el relleno sanitario de Ensenada, una de estas águilas, a quien los cetreros llaman cariñosamente “pollo” es quien se encarga de la vigilancia aérea.
Sobrevuela el relleno sanitario ubicado en el kilómetro 12 de la carretera a Ojos Negros y evita con su sola presencia que las cientos de gaviotas que acudían a buscar comida entre los desechos terminaran intoxicadas.
Otro de los trabajos que desempeñan y por el que se paga a sus entrenadores se desarrolla en los campos de cultivo de vid que en época de cosecha enfrentan a enormes parvadas que en sus viajes llegan a los viñedos para picar las uvas.
A estas parvadas viajeras se les da alimento en una zona distinta al viñedo y quien las mantiene a raya son los halcones o las águilas entrenadas.
En Mexicali se usan en sitios de siembra para que los pájaros no se coman las semillas.
Las rapaces permiten el biocontrol y con los recursos que generan se alimentan y atienden con veterinarios a otras aves que llegan heridas a Profepa.
No solo rapaces son rehabilitadas para su liberación, sino otras de familias distintas como loros y cuervos para sumar actualmente un centenar de aves que atiende Contacto Salvaje.
El cetrero explicó que la semana que entra hay el plan de liberar a cuatro de las aves que están completamente sanas luego de varias semanas de atención.
Hay aves que llegan porque se estrellaron y sólo esperan que se recuperen del golpe si no fue grave. Otras llegan intoxicadas, otras con fractura en alas o patas y llegan a quedarse hasta un año porque deben ser rehabilitadas totalmente antes de su liberación.
Además antes de ser liberadas requieren tener la masa muscular necesaria para volar y cazar por lo que a modo de entrenamiento previo antes de hacerlo vuelan, hacen ejercicio y finalmente se liberan.
La intención antes de liberarlas es colocarles transmisores para monitorearlas durante un mes para asegurar el éxito y conocer a donde se dirigen para regresar a su medio natural.
Martínez Damian explicó que se trata de un trabajo de grupo, para quienes el mejor momento es cuando las aves que han sido rehabilitadas totalmente pueden regresar a su medio natural.
Pollo, el vigilante alado del Relleno Sanitario.