El atlas de riesgos que quedó listo hace dos años está limitado para uso exclusivo de Gobierno del Estado, a pesar de que es una herramienta que facilita el proceso de vigilancia en la seguridad y salud de los habitantes de cualquier ciudad.
Luis Mendoza Garcilazo, investigador responsable del departamento de Sismología en el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (Cicese), explicó que se trata de un instrumento que se tiene que usar con responsabilidad.
“Hay que saber comunicar lo que ahí está plasmado”, comentó con la intención de que no se genere pánico por lo que ahí pueden encontrar referente a los peligros.
Platicó que un equipo en el que participaron al menos ocho instituciones trabajaron desde el 2012 hasta el 2014 en crear una radiografía del municipio.
“Un atlas de riesgo cambia día con día. Por ejemplo es que si ocurre un incendio donde había un alto potencial de siniestralidad pues en ese momento deja ser un riesgo, hay que actualizarlo”, explicó.
Comentó que hace unos meses entregaron los resultados a las autoridades del Ejército Mexicano ya que ellos colaboran con el estado y ayuntamientos al momento de una emergencia.
En él, plasmaron cada uno de los sitios considerados por los expertos como puntos que podrían ser peligrosos con la finalidad de que las autoridades tomen decisiones, sobre todo en materia de edificaciones, basados en el mapa de peligros.
La cobertura del atlas de riesgo cubre problemas geológicos, sísmicos, tsunamis y otros desastres naturales.
Los atlas de riesgo son representaciones gráficas en mapas que permiten prevenir, mitigar y dar respuesta rápida a cualquier situación que afecte a la comunidad, pues contribuyen a crear situaciones de mayor seguridad.