El tema tiene especial connotación a una semana de las elecciones con las que se renovará el Gobierno Municipal: miles de promesas irresponsables donde se asegura la solución mágica de todos los problemas que usted y yo podemos tener... demagogia pura.

La realidad es distinta pues trienio tras trienio, el estado de las calles cada vez es peor, los servicios básicos del Ayuntamiento siguen en estado precarios y asuntos que podrían ser triviales, como la administración de los estacionamientos, sigue causando polémica.

El dinero público que debería estar concentrado en mejorar las condiciones de vida en la ciudad, impunemente se gasta en programas de promoción electoral que bajo el membrete del desarrollo social, justifican el culto al ego del gobernante en turno y la preparación del terreno del futuro candidato.

Hoy, por todos los medios posibles, los candidatos anuncian todo lo que recorrieron y la manera en que establecieron "contacto con la realidad", sin embargo ese aprendizaje resulta efímero... la toma de protesta produce amnesia y entienden el ejercicio del poder como hacer lo mismo que el anterior, pero un poco peor.