Alrededor de las 8:30 horas, agentes la Gendarmería llegaron a la zona de La Bufadora usando para ello, tres camiones de turismo, con lo que entraron al espacio comercial antes de que abrieran los negocios, tomando de sorpresa a los locatarios.

Lograron ingresar hasta el último local, ubicados en el sitio donde empieza el andador para entrar al fenómeno marino y sometieron con granadas de pimienta a los pocos locatarios que estaban en el sitio.

Luego empezaron a romper candados y alcanzaron apoyados de cargadores y un camión a sacar la mercancía de cinco locales, misma que fue embolsada y apilada mientras se empezaba a correr rápidamente la voz del inicio de la intervención.

Aunque inicialmente los agentes de gendarmería pudieron tomar el control del sitio, en pocos minutos la sorpresa de los locatarios, se convirtió en enojo y poco a poco, el área controlada por los agentes se convirtió en un hervidero de comerciantes y sus familiares quienes ya no permitieron que ningún local más fuera desalojado. Para las 10:00 de la mañana los locatarios superaban por mucho a los agentes de gendarmería que se ubicaron en tres posiciones.

Una para no permitir el acceso a la zona del fenómeno, otra para proteger a los actuarios y otra para que no entraran más a la zona comercial, sumando apenas 70 oficiales.

Aunque los accesos a la zona comercial de La Bufadora estaban cerrados desde la última curva de la carretera estatal, primero por vehículos y mas adelante por un grupo de 30 agentes gendarmería, y luego por improvisados muros de madera, desde el cerro empezaron a bajar por veredas mas comerciantes y luego empezaron a llegar a bordo de lanchas por mar.

Uno de los momentos más álgidos en el intento de desalojo fue cuando uno de los locatarios intentó echar un vehículo encima a los policías, luego dijo que se le había trabado la transmisión y se quedó sin reversa, el conductor finalmente decidió quitarse.

Pese a que los 30 policías en la entrada no permitían el acceso, antes de las 11:00 horas, la zona comercial estaba llena ya de gente, mas de medio millar, entre policías, abogados, actuarios, ejidatarios, comerciantes, periodistas, fotógrafos y los cargadores contratados para mover la mercancía.

Estos últimos por acusaciones de los locatarios fueron revisados en público por los mismos que los contrataron ya que aseveraban que habían robado dinero y objetos de plata de los negocios que habían desalojado.

Antes de las 10:00 horas, los agentes de la gendarmería ya habían sido superados por mucho, por los comerciantes y sus simpatizantes y estos empezaron a solicitar apoyo de la policía municipal que apenas envió 20 agentes algunos vestidos de civil, sin escudos, ni casco, ni protección, exclusivamente como observadores.

Por la mañana el Director de Seguridad Pública Municipal había recibido un documento del Juez Séptimo de Distrito en el cual dictó un acuerdo a través del cual se requiere al director de Seguridad Pública para que proporcionara elementos policiales con el fin de llevar a cabo la restitución del Inmueble de la Bufadora al Ejido Esteban Cantú.

En el documento se le advertía “que debería prestar el auxilio requerido al momento de realizar el desalojo, brindando protección a las personas que intervengan en la misma y de no hacerlo se procedería en contra del Director por el delito de desobediencia” Mandó 20 elementos y 7 patrullas para controlar mas de 500 personas.

En el transcurso de las horas al menos media docena de personas resultaron con golpes y raspones entre policías, un niño, locatarios y una abogada, la cual alcanzó a ser golpeada, insultada, e intimidada por mujeres y hombres del sitio por lo que tuvo que ser resguardada por los policías mas de dos horas sin que pudiera concluir con las notificaciones.

Personal del Juzgado que ordenó el desalojo, llevaba consigo un gigantesco expediente miles de hojas para sustentar el proceso judicial perdido por los locatarios desde 2013, pero presuntamente carecía de sellos y además no enviaron un perito que estableciera con exactitud los perímetros del polígono a desalojar.

En el sitio el abogado de los locatarios Jaime Palafox Granados, fue sacado a empellones por los comerciantes, pese a que era el representante legal de dos se los propietarios de dos de los predios que han quedado dentro de la zona de conflicto y que involucra presuntamente un centenar de locales.

Minutos después de haber sacado al abogado, los agentes recibieron la orden de retirarse resguardando en el proceso a los actuarios que fueron despedidos en medio de insultos y empujones alrededor de las 13:00 horas concluyendo así el nuevo intento de desalojo de este sitio.