Nadie lo había señalado directamente como un foco de infección, aunque todos lo conocen desde hace décadas como el sitio donde convergen homosexuales que se prostituyen en la zona de tolerancia, convertidos en un grupo vulnerable para el contagio de enfermedades de transmisión sexual, por la negativa de los mismos a ser examinados.

Lorena López Aguiar, Directora de Servicios Médicos Municipales, explicó que en numerosas ocasiones han hablado con ellos para intentar que lleven un registro de salud, pero este registro tiene otras implicaciones como identidad y domicilios, lo que muchos de ellos prefieren ocultar por conflictos personales o con la justicia.

Este fin de semana las relaciones entre VIH y prostitución, además de VIH y homosexualidad, fueron colocadas de nuevo en el plano informativo debido a dos sucesos distintos; el arresto en menos de 48 horas de una sexo servidora con VIH el viernes y un homosexual con VIH el sábado, en ambos casos reincidentes.

Ante esto, López Aguiar dijo que en la zona de tolerancia de la ciudad, especialmente en los bares donde se tienen sexoservidoras, se mantiene un control estricto de las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), ya que para trabajar las mujeres deben contar con una tarjeta de Servicios Médicos vigente y de encontrar a una sin ella, la sanción es para el propietario del negocio, no para la sexoservidora.

Esta modificación en la forma de aplicar la sanción hizo que los mismos propietarios de los bares aplicaran controles, luego de multas que van de los 22 a los 200 salarios mínimos y que ellos deberían de pagar, para tener a alguna de las 450 mujeres que se tiene registradas por ejercer la prostitución en Ensenada.

Las mujeres de los bares están limpias de ETS, pero fuera de los bares la realidad es muy distinta, explicó la funcionaria.

Esta misma realidad aplica en el caso de los varones homosexuales que ejercen la prostitución, ya que a lo largo de los últimos dos años y medio, solo uno de ellos de forma voluntaria buscó ser evaluado para contar con una tarjeta de salud.

Con dicha tarjeta de salud trató de ingresar a un bar vestido de mujer y al prohibírsele el acceso, por considerarse un engaño al cliente, decidió retirarse, al menos de los bares.

El resto de los hombres enfermos que ejercen la prostitución está poco documentado porque para que quede un registro, deben ser detenidos vestidos de mujer, trasladados a Seguridad Pública y que en la revisión del médico de guardia exista una sospecha de ETS, para que en base a la sospecha se les envíe a Servicios Médicos Municipales para que sean examinados y les hagan análisis.

El inspector de Servicios Médicos precisa que en la zona de tolerancia se tienen detectados entre 15 y 20 homosexuales, pero en fechas donde aumenta el turismo, en particular las carreras fuera de camino, el número llega a ser de hasta 30.

Un problema que presenta la Prostitución en Ensenada tiene que ver con cuestiones jurídicas, ya que solo se puede demostrar prostitución cuando se prueba la negociación o el pago por un servicio sexual, lo que lo vuelve muy complicado cuando no están en bares o negocios establecidos.

Si dos personas son encontradas en el acto, aunque sea en la zona de tolerancia, no se puede demostrar prostitución porque se puede alegar que es consensual, de ahí que las tarjetas de salud, sean una de las herramientas mas importantes, ya que el control implica el análisis cada 15 o 30 días de la mujer que la porta.

Es una tarjeta de salud que no es para trabajar, aunque quienes la tienen y los dueños de bares así lo interpretan, lo que realmente hace es garantizar que la sexoservidora esta saludable y libre de enfermedades de transmisión sexual y cuando alguna de ellas es detectada con algún problema, de inmediato se le da tratamiento y se le retira. Cuando la detección es por VIH el retiro es permanente.

El callejón del Chamula entre Primera y Segunda, la cuartería, esta considerada una de las zonas de mas alto riesgo dentro de la misma zona de El Bajío, no solo por asaltos y robos, sino por el de adquirir alguna enfermedad de transmisión sexual o hepatitis.

Es un grupo al que no les interesa estar infectado y tampoco les interesa infectar a alguien, pero Servicios Médicos no tiene jurisdicción en la calle y en esa cuartería ni siquiera la tiene Seguridad Pública, pues no puede ingresar porque se trata de una propiedad privada.

En este sitio hay toda una estructura operativa que incluye ocasionalmente un camión de agua a la puerta del callejón que les ayuda a tapar la cuartería y si ven a un inspector simplemente se meten y cierran el portón, pero desde ahí invitan a los hombres que pasan.

Muchos aceptan y no es raro que los propietarios de los bares tengan el reclamo de que "bailar les cuesta mucho dinero, cuando en la cuartería el servicio es por 50 pesos".

Este fin de semana, confirmó la Funcionaria, hubo dos detenciones en la zona de tolerancia de personas que ofrecían servicios sexuales y en ambos casos se trata de reincidentes.

Una de ellas, la de nombre Hilda, fue la misma mujer que en marzo del 2011 generó una gran polémica tras ser detenida con un cliente con el que se prostituía, pese a saber que estaba infectada con VIH.

Aunque pude configurarse un delito, el cliente nunca presentó una querella en su contra, indispensable para que las autoridades de la PGJE pudieran investigar.

El hombre que detuvieron por ofrecer servicios sexuales en la vía pública, un homosexual, es reincidente y está diagnosticado con la enfermedad desde hace varios meses. Es uno de los pocos que se sale del llamado Callejón del Chamula en busca de clientes, pese a que se sabe portador de la enfermedad.