Autoridades de salud y corporaciones policíacas de Baja California desplegaron este jueves un impresionante operativo de seguridad para llevar a feliz término el transplante del corazón de un jovencito tijuanense a un receptor en la ciudad de México.
El suceso que fue consignado en diversos medios informativos se convierte en un hecho histórico para el Estado, en una odisea que inició el fin de semana pasado en la ciudad de Tijuana, al accidentarse Cristian un muchacho de 18 años de edad.
Cristian quien apenas había estrenado su licencia en donde aceptó convertirse en donador en caso de muerte, sufrió un percance en su automóvil este fin de semana.
Sus padres fueron enterados, este lunes de que su hijo tenía muerte cerebral y que había dispuesto convertirse en donador al morir, lo que su familia apoyó, reuniéndose el Consejo de Transplantes para iniciar el procedimiento.
En medio del dolor, en otro lugar del país Miguel Ángel Díaz un hombre de 58 años de edad estaba prácticamente desahuciado.
Desde hace cuatro años sabía que la enfermedad de su corazón era incurable y solo un transplante podría salvarlo, era su última oportunidad.
Hoy recibió la noticia de que había una esperanza con un joven donador que a 3 mil kilómetros de distancia era operado para cumplir esa última voluntad.
A las nueve de la mañana de este jueves inició el despliegue de los involucrados en este operativo “quirúrgico” en el cual tras extraer el corazón de Cristian y sus dos riñones estos fueron trasladados de inmediato al aeropuerto en medio de un impresionante operativo de seguridad.
A las 11:00 horas el equipo salió custodiado por la PEP para marcharse en un vuelo privado a la ciudad de México donde el órgano era esperado ya por especialistas para trasladar al Hospital de especialidades donde se realizó el transplante,
La persona que estaba esperando el corazón, entró a cirugía y alrededor de las 22:00 horas, luego de una operación de más de siete horas salió de cirugía con un pronóstico favorable de los médicos.
Miguel Ángel Díaz y otras dos personas podrán ahora vivir con los órganos donados por Cristian antes de morir.