Del 19 al 25 de septiembre le preguntamos sobre la frecuencia con que usted consume pescado. Este ejercicio estadístico recabó la opinión de más de 640 personas, lo que nos ofrece un excelente panorama de lo que sucede en la ciudad respecto a este tema. Gracias a todos por su participación.
Recientemente el gobernador del estado citó que la media de consumo nacional está entre los 10 y los 12 kilos por persona; de acuerdo a nuestro sondeo solo el 43 por ciento de los ensenadenses están en ese grupo.
El 47 por ciento de los participantes (casi uno de cada dos), consume en promedio 5 kilos por año, lo que es menos de la mitad de lo que citan las fuentes oficiales.
Finalmente, un 10 por ciento de los participantes se declara no ser consumidor de pescado.
Las cifras son lamentables.
El pescado nos ofrece una fuente de proteína económica, de alto valor nutricional y una estrategia a largo plazo para sacarle la vuelta a las enfermedades cardiovasculares.
De acuerdo a la FAO, China pasó de 5 kilos por persona en la década de los setentas, a su realidad actual de 26 kilos.
A diferencia de muchas ciudades del país (y porque no decirlo, del mundo) los ensenadenses tenemos la ventaja de producto fresco al alcance de todos los bolsillos. El consumo pasa de ser un problema económico a un asunto cultural.
Es probable que usted recuerde aquella gran campaña publicitaria “tachún tachún tachún, vamos a comer atún” desarrollada por la Secretaría Federal de Pesca en los años setentas. Desde entonces solo se han dado esfuerzos aislados en esta materia.
El proceso de adopción cultural exige constancia y creatividad. Que bien le caería al país que los millones de espacios publicitarios que desperdicia el gobierno federal en el culto a la personalidad, se destinaran de nuevo a cosas realmente importantes.
Un pueblo más sano y mejor alimentado es un proyecto de largo plazo… lástima, lo que siempre urge son votos.