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Nanociencia en paipai

Presentación de libro

  
Nota publicada el 19 de junio de 2015
por Manuel Sánchez

Los avances científicos parecen tan lejanos, como si ocurrieran en un mundo alterno al nuestro. Particularmente, en Ensenada, la metáfora funciona bastante bien: en un cerro, a las afueras de la ciudad, se encuentran concentrados muchos laboratorios, con científicos buscando la transformación del mundo en pro de mejorar la calidad de vida; o bien, investigadores ahondando en alguna área del conocimiento por la euforia y pasión que implica el descubrimiento.

Esta lejanía no es del todo una metáfora. Hablar de temas que se encuentran en la frontera de la investigación científica actual es difícil. El trabajo del divulgador de la ciencia se torna importante en una sociedad como la nuestra. En nuestro país existen grandes centros de investigación, algunos de ellos con investigadores de talla internacional. Sin embargo, poco sabemos los ciudadanos de qué es lo que hacen, en qué nos afectan sus acciones. Es más, a veces ni nombrar esas nuevas ciencias podemos.

La nanotecnlogía y la nanociencia es de estas nuevas áreas de la física que tiene implicaciones a largo alcance pero comúnmente no nos damos cuenta de sus efectos. Sus avances y aplicaciones nos rodean en este mundo imbuido en las redes de comunicación, el internet y los pequeños dispositivos móviles.

En Ensenada, se encuentra el Centro de Nanociencias y Nanotecnología de la UNAM. Justo a un lado del CICESE y cruzando la calle de la UABC, este centro se focaliza en los últimos avances en el estudio de propiedades de los materiales a partir de su modificación a un nano-nivel.

El doctor Noboru Takeuchi ha sido uno de los investigadores de este centro que ha dedicado mucho esfuerzo, no sólo en su área de investigación propia de este centro, sino también a la divulgación de la utilidad de los descubrimientos de la nanociencia y la nanotecnología.

Justo ayer, jueves 18 de junio, en punto de las nueve de la mañana, el doctor Takeuchi presentaba a un grupo de alumnos de primaria las ventajas de las aplicaciones de estas ciencias. Rodeados de libros, en el centro de la biblioteca Benito Juárez de este puerto, el doctor Takeuchi mostró, entre otros ejemplos, la aplicación de esta tecnología a fibras como el algodón. Su propia camisa estaba hecha de un material hidrofóbico, lo que la hacía impermeable; pero a simple vista, la camisa parecía una polo blanca común. Con todo el grupo de niños como testigos, quienes no ocultaban su sorpresa al ver un acontecimiento que parecía de magia, el doctor Takeuchi coloco un pequeño chorro de agua en su camisa. El agua se concentraba en una gota, aterrada de su alrededor sin poder ser absorbida por la tela. Con ello, entre otros ejemplos, el doctor Takeuchi mostraba apenas un vistazo a las aplicaciones palpables de estas ciencias.

Pero la reunión en la biblioteca Benito Juárez tenía otro objetivo. Si bien, hacer divulgación de las ciencias es relevante para dar a conocer los hallazgos en un lenguaje sencillo, el doctor Takeuchi ha realizado un segundo esfuerzo, no menos importante.

La reunión tenía como objetivo presentar el libro “Hablemos de Nanotecnología. Nanotecnologiy knawa”. La segunda parte del título puede parecer extraña. Está escrita en lengua paipai, traducida por la profesora Armandina González. El libro explica con párrafos, tanto en español como en paipai las distintas aplicaciones de las nanociencias. La profesora Armandina participó en la presentación, primero, enseñando a los niños cómo saludar en la lengua autóctona de Baja California. Después, explicó brevemente cuáles fueron sus impresiones con el libro y la dificultad de traducir términos que no se encuentran en la lengua. Por ejemplo, hay una parte del libro que dice así:

Paipai: “Kabyum nanoestructurha `rpooochkwal’ibe? Chapayt chinkashualihal chapayt `rwañuliy yooka.”

Español: Y ¿por qué nos interesan las nanoestructuras? A esos tamaños tan pequeños, suceden cosas muy interesantes.

Se puede leer rápidamente que hay una palabra familiar: nanoestruturha. En paipai, un mecanismo para introducir nuevos conceptos es eliminar la última vocal de la palabra e integrar un sufijo como –ha.

Una segunda problemática que habría que resolver al momento de traducir textos con términos científicos a las lenguas indígenas es que habría que utilizar nueva etimología, u otros mecanismos para realizar la traducción. La profesora Armandina insistió en que algunos términos prefirió dejarlos como “calcas” de los términos en español, en vez de realizar una descripción. Es decir, para decir “nanociencia” pudo haber optado por buscar una oración que significara algo así como “estudio y lectura de las cosas pequeñas”. Otro problema a subsanar es la escritura del paipai. Al ser una lengua con una larga tradición oral, que aún persiste hasta nuestros días, llegar a una forma acordada de escritura es dificil; una de las implicaciones es que el paipai tiene sonidos que el alfabeto que usa el español no representa.

A los interesados en consultar el libro, puede asistir a la biblioteca Benito Juárez para preguntar por una copia de consulta; o en la página de internet: click aquí.

Manuel Sánchez. Licenciado en Sociología y Ciencias de la Comunicación UABC. Maestro en Lingüística por la UNISON. manuel.wortens@gmail.com.
 
 

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