La rata canguro de San Quintín (Dipodomys gravipes) es una especie endémica de Baja California que fue redescubierta por la organización sin fines de lucro Terra Peninsular e investigadores del Museo de Historia Natural de San Diego.
Es un roedor que se consideraba extinto y la última vez que fue registrada fue en 1986, en las reservas naturales Valle Tranquilo y Monte Ceniza, la primera ubicada en El Rosario y la segunda en la bahía de San Quintín.
La especie es la más grande de México, es dispersor de semillas de plantas, y si no está presente no hay intercambio genético entre las plantas, por lo que podrían dejar de ver cactáceas en la zona como la pitaya.
“Perdemos en términos ecológicos, perdemos en términos paisajísticas visuales así como económicos porque la extirpación o perdida de la especie tiene ramificaciones", indicó Jorge Andrade, Coordinador de Manejo Adaptativo de Hábitats en Terra Peninsular, quien también está involucrado en el proyecto.
Mencionó que aunque el término rata no es popular, ésta es una especie muy carismática.
Esta especie fue vista como ejemplo de la extinción moderna debido a la expansión agrícola, ya que en las últimas décadas San Quintín, que se encuentra a 190 kilómetros al sur de Ensenada, se ha convertido en un gran centro agrícola y se han convertido grandes áreas de hábitats nativos en plantíos e invernaderos para tomates y fresas.
A pesar de la exhaustiva búsqueda y monitoreo realizado a través de los años, no se mostraban señales de la presencia del animal, hasta el verano de 2017 cuando el experto en mamíferos del Museo de Historia Natural de San Diego, Scott Tremor, y la investigadora asociada, Sula Vanderplank, se encontraban en campo realizando monitoreo de rutina de comunidades de mamíferos pequeños.
Esta especie mide aproximadamente 12.7 centímetros de largo y tiene un mechón oscuro en el extremo de la cola. Es un herbívoro que vive en tierras bajas áridas y obtiene su nombre de las largas patas posteriores que impulsan al animal en largos rebotes, similar a un canguro. Además, es más grande que otras ratas canguro de la región. “Este descubrimiento no es sólo un ejemplo perfecto de la importancia del trabajo de campo para la historia de la naturaleza, sino que también tenemos la oportunidad de desarrollar un plan de conservación basado en nuestros descubrimientos”, dijo Tremor.
“La capacidad de tomar nuestra investigación y convertirla en un esfuerzo tangible hacia la conservación es emocionante, es un compromiso conservar esos detalles únicos en la península de Baja California”. Tremor, Vanderplank.
El Dr. Eric Mellink del Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada (CICESE) escribirán un artículo sobre este tema para la revista científica de la Academia de Ciencias del Sur de California (Bulletin of the Southern California Academy of Sciences). También se
publicará un artículo en el boletín bimestral Mediterranews de Terra Peninsular, que se publicará en abril de 2018.
Terra Peninsular trabajará con el Museo de Historia Natural de San Diego y el director de la Universidad de California Instituto para México y Estados Unidos (UC MEXUS), Dr. Exequiel Ezcurra, en un plan de conservación para las comunidades de mamíferos pequeños del área.