Era almeja capturada en el Golfo de California antes que se impusiera una veda por marea roja tóxica (Saxitoxinas) que se mantuvieron vivas más de un mes en una planta pesquera de la localidad en espera de una decisión de las autoridades.

Sin embargo ni COFEPRIS, ni CONAPESCA, ni SEMARNAT, ni PROFEPA, ni SENASICA, pudieron o quisieron salvar los miles de organismos vivos, porque no existe un protocolo para devolverlas al mar, cuando se trata de producto que fue capturado legalmente.

Las almejas que pudieron haberse salvado y devuelto a su habitat, por exceso de burocracia tuvieron que ser mandadas a la basura explicó Minerva Castro, responsable de la planta Atenea del Mar quien precisa que se mantuvieron en los tanques los moluscos vivos, más de un mes en espera de una respuesta que nunca llegó.

El problema empezó el 10 de enero del 2017, cuando la COFEPRIS les avisó que se había establecido una veda por la presencia de saxitoxinas en moluscos bivalvos.

La responsable de la planta afectada explica que ellos están adheridos al programa de sanidad de moluscos bivalvos una vez al mes deben de enviar una muestra de producto y de agua en el cual la Cofepris por medio de el laboratorio de referencia del país, CCAYAC (Comisión de Control Analítico y Ampliación de Cobertura) hace análisis y verifica que los productos y el agua estén bien.

Pero avisaron que el producto estaba alto en saxitoxinas y decretaron la veda, cerraron el área donde pesca Atenea del Mar y luego se fueron a revisar el resto y a los pocos días cerraron todo el Golfo de California.

En el último evento que ocurrió en 2015, se permitió que los productos que estaban en tanques y capturados desde hacía varios días fueran comercializados, pero en esta ocasión no se consintió.

Inspectores de COFEPRIS fueron a las plantas y en Ensenada y se retuvieron productos capturados 3, 4 y 5 de enero, por lo que se aplicó en este caso una veda retroactiva a las 12 toneladas que se hallaban en tanques.

Castro, aclaró que la saxitoxina salió alta en las vísceras que no son comestibles y se desechan totalmente, sin embargo el músculo o el cuello que es lo que se come, estaba limpio.

Se retuvo el producto y luego llegó un oficio para decirles que lo destruyera todo.

Se les pidió oportunidad de procesarlo para vender el músculo o si no hacer el reingreso del producto al mar ya que se trataba de miles de animales vivos en buen estado que podían reintegrarse a su hábitat y limpiarse ellos solos de forma natural.

Los inspectores le dijeron que legalmente no era posible, pero siguieron insistiendo.

Le hicieron más estudios al músculo y confirmaron que los niveles de saxitoxina eran por debajo de la norma y podría procesarlo pero sólo venderlo en México o en China, pero en Estados Unidos, el mercado principal no.

Para china no era costeable enviarlo en avión ni en barco; el flete era muy alto y en México no hay consumo tan arraigado para pagar la conservación y el proceso por lo que se decidió regresarlo al mar.

Coferpris le dijo entonces que podía hacerlo y contactara a Conapesca para elaborar un protocolo que tardaría entre dos y tres meses en estar listo para permitir salvar a los animales, un lapso muy largo, ya que en tanques los moluscos van perdiendo fuerza fuera de su medio natural.

Pero advirtieron que en abril habría una revisión de la FDA y si no le habían resuelto, de todas formas debería destruir el producto, porque tener en tanques a esas almejas le costaría la certificación para exportar a Estados Unidos.

Una certificación que tarda años en obtenerse y cuesta varios miles de dólares por lo que decidieron obedecer la primera orden de COFEPRIS y destruir las piezas.

El 9 de febrero, se dio aviso a la COFERPIS para proceder a la destrucción de doce toneladas de producto sano.

Un operativo intenso que significó una pérdida de alrededor de 50 mil dólares de inversión y la pérdida de la mejor venta del año por el “Año Nuevo Chino” en que se eleva el consumo del producto.

Castro apunta que lo grave es que mientras las plantas certificadas han parado su actividad, para almeja generosa y otros moluscos bivalvos del Golfo de California los pescadores y plantas piratas han hecho su agosto.

Los compradores de Atenea del Mar, en Estados Unidos y China han reclamado el porque ellos no tienen producto, si es que en aquel país sigue entrando producto mexicano.

Se han detectado incluso documentos de exportación de diversas especies actualmente vedadas al parecer apócrifos pero aceptados en aduanas, lo que resulta sumamente grave.

A esto se suma, una duda de los productores sobre la calibración de los equipos que usa la CCAYAC y el hecho de que los índices detectados de saxitoxina, están increíblemente altos muy por encima incluso del 2015.

Existe un programa de recalibración internacional donde un organismo externo, envía una misma muestra a todos los laboratorios del mundo para que la examinen y en base a sus resultados si están fuera 10%, 20% o más se recalibran.

Pero la CCAYAC no lo hace y esto ha generado enormes dudas sobre sus resultados y el hecho de que estos sean correctos.

Por ahora el daño a los pescadores, las plantas y la economía de San Felipe y Ensenada es muy grave.

Un análisis de los afectados da un panorama general del impacto de esta problemática.

LAS CIFRAS

Afectados:

26 productores de Almeja Generosa.

21 Productores de Callo de Hacha.

3 Productores de Almeja Chione.

3 Permisos de Acuacultura de fomento .

10 Plantas exportadoras.

Transportistas.

Agencias exportadoras.

Fabricantes locales de materiales de empaque.

Impacto económico

1,200 empleos directos suspendidos.

18 toneladas de almeja generosa en planta destruida.

150,000 dólares en pérdidas por destrucción de inventarios.

2,000,000. de dólares en ventas no realizadas en el periodo del año nuevo chino.

10 plantas a punto de cerrar sus puertas.

450,000 pesos costo de mantener un área certificada al año.

600,000 pesos costo de mantener una planta certificada al año.

8 meses, duración de la veda en 2015.

Problemas legales

No existen protocolos que permitan el desconche y aprovechamiento de la carne de la almeja generosa cuando esta no esta contaminada, aunque la prueba en víscera arroje resultados por encima de la norma.

No existen protocolos que permitan la reinstalación del producto cuando tanto la víscera como el músculo presenten resultados por encima de la norma.

Las autoridades encargadas de la vigilancia se encuentran rebasadas al momento de controlar la pesca y comercialización de especies en veda sanitaria.

Los reglamentos de COFEPRIS en materia de etiquetado y rastreabilidad de moluscos bivalvos no se aplican.

Aduana no requiere además de la factura ningún documento que avale la inocuidad de los moluscos bivalvos a exportar.

Problemática sanitaria

A pesar de la veda el producto sigue llegando a los mercados, se reporta almeja generosa en China y Callo en Guadalajara.

De presentarse algún evento de intoxicación en el extranjero se pondría en riesgo la validez del programa mexicano de moluscos bivalvos, y en si los acuerdos bilaterales con los países que recibe nuestros productos.

Los esfuerzos por promover la alimentación sana con productos del mar se ve rebasada por información amarillista que induce al miedo de comer cualquier pescado o marisco.

Problemática social

Además de la veda por la protección de la vaquita marina esta veda sanitaria viene a terminar con las únicas fuentes de empleo existentes en San Felipe.

El desempleo a generado robos y violencia

Los pescadores desempleados tienen como única alternativa la pesca furtiva en la que ellos toman todo el riesgo, mientras son los compradores quienes están haciendo fortunas abusando de que la veda les deja el camino libre.

Soluciones

La implementación de una norma emergente para el manejo del producto que ya se encuentra en planta al inicio de una veda, que incluya:

Permitir la evisceración del producto en caso de que el nivel de saxitoxina este dentro de los limites permisibles en el músculo.

Permitir la reinstalación en caso de que los niveles de toxinas estén fuera de norma.

Implementación de norma emergente para instaurar como requisito para la elaboración del pedimento de exportación de moluscos bivalvos para el consumo humano el certificado de COFEPRIS, independientemente del destino.

Aplicar el reglamento de etiquetado y rastreabilidad de la COFEPRIS en el manejo de moluscos bivalvos vivos en territorio nacional.

Implementación de fuentes de empleo alternas en proyectos dirigidos a la pesca sustentable, como actividades de vigilancia, acuacultura, certificación con apoyo de fondos federales.