Rebeca Mungaray Lagarda, directora de Comercio, platicó que la plaza cívica tenía dos o tres participantes que tenían acaparado el negocio.

Como ejemplo, dijo que una persona se acercó a la oficina el pasado diciembre para solicitar un permiso por los 52 fines de semana del 2017, lo que generó dudas entre las autoridades municipales.

En un inicio la funcionaria consideró la posibilidad de rifar las fechas para que a todos los solicitantes les tocara un día al mes de manera equitativa y respetando los eventos públicos del Gobierno Municipal, pero pasaron los días y la peticiones crecieron.

“Era una locura”, comparó.

Una de las instrucciones del alcalde Marco Novelo Osuna fue que por cada permiso autorizado para una vendimia, en la plaza cívica, el organizador debía realizar otra pero en uno de los 20 parques públicos de Ensenada, pero nadie se interesó.

“A otros les estoy diciendo que se vayan a los patios del Riviera, que pueden conectarse a los andadores, hay que mover a la gente, hay que cerrar una calle en el Parque Revolución para promover nuestros espacios públicos pero la gente está muy aferrada a lo cómodo”, indicó Mungaray.

Un estimado de las ganancias, es que por evento el permiso le costaba al organizador mil 900 pesos, pero ellos cobraban una cuota de recuperación de entre 750 a mil 200 pesos a los vendedores por el supuesto costo de la carpa, silla y mesa. En promedio participaron 50 negocios.

Además cobraban de 300 a 500 pesos a los vendedores ambulantes de churros, nieves, dulces o elotes -con carretillas- que querían entrar a la zona pública.

“Estaban adueñados de la plaza”, criticó.

Dijo que esta decisión fue ideal, y aunque le costó la amistad de algunas personas. Ha sido un debate fuerte.