La explanada de la Ventana al Mar fue insuficiente para las 9 mil personas que se calcula se sumaron a la marcha nacional en repudio por las nuevas disposiciones federales y estatales. De esa dimensión fue este domingo la manifestación sin precedentes en Ensenada.
Adultos, jóvenes y niños de todos los sectores económicos de la población, incluso residentes de la delegación de San Quintín, integraron la caminata con mensajes de: “No al gasolinazo y no a la Ley del Agua”; “Fuera Peña”, “corrupción, incompetencia, impunidad, despilfarros y abusos de poder de la clase política”; “el agua es de todos”; “usted y yo tenemos un enemigo en común y eso nos hace amigos”.
El contingente salió puntual del monumento a Lázaro Cárdenas a las 12:00 horas, caminó hasta la avenida Juárez, calle Ruiz, Primera, hasta el malecón donde se congregaron para ofrecer un mitin donde el discurso era el mismo, no más impuestos, no privatización del agua y un alto al aumento del combustible.
Un segundo grupo que salió a la misma hora del Parque Revolución se agregó a la protesta para llegar juntos a la ventana al mar.
Las condiciones se dieron a conocer desde el inicio del recorrido: la protesta era totalmente pacífica y ningún político tuvo derecho de formar parte del reclamo ciudadano.
“Malditos aquellos que con sus palabras defienden al pueblo y con los hechos lo traicionan”, suscribieron los molestos ciudadanos en una de las cientos de cartulinas que se pudieron leer la tarde de ayer.
En la parte final de la marcha, una caravana de vehículos con personas mayores de 70 años impedidos para recorrer el trayecto a pie llevó sus manifestaciones por escrito. También el transporte público, asociación de jinetes y empresas de transporte de carga pesada hicieron sonar los claxon.
Durante el trayecto por la zona Centro algunos se unieron al contingente, mientras que el empleado de una tienda compartió que vio pasar a la multitud por el lapso de 40 minutos lamentando no poder acompañarlos pero optó por apoyar la causa desde atrás del mostrador.
“Esto tiene que parar la verdad, el dinero no nos alcanza más que para algo de despensa y pagar servicios, pero en la casa ya no podemos darnos algún gusto, merecido, por trabajar toda la semana”, indicó.
El grupo se mantuvo compacto en el punto de llegada por alrededor de una hora para después comenzar a dispersarse, otros se trasladaron a la concha acústica para continuar con los discursos.
La policía municipal realizó un operativo de vigilancia con varias patrullas custodiando alrededor de la marcha sin que se presentara ningún incidente delictivo. Por el otro lado de la ciudad, en la caseta de peaje de San Miguel, otros miles de conductores celebraban que el cruce estuviera liberado como parte de las movilizaciones que se lleva a cabo en toda la república mexicana.