1 mil 800 pesos de carne y 10 garrafones de agua purificada al día. No es parte de los insumos de un restaurante, sino el consumo diario de 10 tigres que atiende personalmente Nickitta, una joven domadora, que nacida en el seno de una familia de cirqueros creció jugando con los felinos con los que hasta hace poco aun trabajaba.
Pero ya no, los sigue atendiendo, pero ya no puede estar con ellos en la pista. Ahora junto con su familia, regresan a Ensenada el primer municipio donde se prohibieron los animales en los circos con un espectáculo nuevo Nickitta y su show infantil Nicki Power.
Las leyes que se emitieron han obligado a que sean solamente personas los que realicen estas distracciones y para ello, la música, los actos de acrobacia, la magia, los payasos, los malabaristas y los personajes de cuentos son las estrellas.
Maria Luisa Fuentes, empresaria circense, explica que los animales que ellos tienen siguen en su poder, son animales exóticos pero delicados y caros de mantener.
No comen cualquier cosa, no pueden tomar cualquier tipo de agua y deben ser bañados y atendidos con mayor cuidado que animales domésticos.
Además tienen personalidad propia, a uno de los tigres no le gusta que lo fotografíen, si lo hace, orina a quien se atreva, una de las tigresas detesta a las mujeres, y dos de los machos nacidos en el circo, son hermanos y pueden convivir y jugar juntos, tienen nombres y reaccionan a él.
No los pueden regalar, no los pueden vender, no los pueden mostrar, no se pueden trasladar a otros países y los que hicieron las leyes no han explicado aún de donde saldrán los recursos para establecer santuarios donde los animales del circo puedan vivir seguros y atendidos. Algunos miembros del Partido Verde les han dicho que los que no se puedan colocar en un santuario o zoológico los van a dormir... no usan la palabra “matar”, porque les quita votos.
Eso si, aclara, ambientalistas y conservacionistas empiezan a recaudar fondos a costa de los animales de circo pero no han resuelto el destino de los animales y como se apoyará a los propietarios de los circos que redujeron su público al no tener animales en el espectáculo y el gasto fijo sigue creciendo, porque sus animales comen y ocupan muchos cuidados.
Una medida electorera del Partido Verde que le mintió a todos y nadie les cuestionó, por lo que ahora los mismos que pidieron que los animales ya no trabajen en circos, deben exigir a los políticos y ambientalistas un sitio digno donde los atiendan igual o mejor que en los circos donde la mayoría nació.
Sin embargo, aclara, finalmente son artistas y están acostumbrados a innovar y evolucionar, por lo que pese a los políticos, el show debe continuar.