De tal manera que cuando surge a la opinión pública lo del asunto del Ayuntamiento contra las Guías de México, es tanto como el alcalde contra las niñas exploradoras.

Es de antemano el hombre que se pelea o que castiga, no al chamaco travieso y relajiento que no hace la tarea; es algo así como castigar y maltratar a la niñita bueno que hace la tarea, se come sus verduras, va bien en la escuela y ayuda a los ancianitos a cruzar la calle.

Es la niñita que dona sus domingos al teletón, que junta juguetes para los niños pobres o visita ancianos en el asilo, por convencimiento de que hace algo bueno y no porque va salir en la foto, como otros.

No se quien sea el que haya tomado la decisión, pero es otra pifia, una mas en una larga lista de equivocaciones donde ya no se sabe si es por maldad, por estupidez o por ambas juntas y al mismo tiempo.

Se le podría comparar a un Mojojojo sin cerbro, en contra de las chicas superpoderosas, que por cierto, lo van a demandar judicialmente.

¿Cómo es posible, me pregunto, que hayan podido hacer algo asi?

Se trata primero de una organización no lucrativa, que hace cosas buenas por su comunidad, que tenía en comodato un espacio, aún antes que el alcalde y sus secuaces, perdón sus socios, perdón sus funcionarios si, si, luego me acusan de difamación, pensaran siquiera en que en un mal día para los Ensenadenses estarían al frente de la administración.

Cuando escuchaba los razonamientos de las jóvenes que coordinan las Guías de México (algunas de las cuales conozco y se que son eficaces en su trabajo y no solo eso, están siempre dispuestas a escuchar y apoyar) trataba de buscar alguna justificación razonable del Ayuntamiento para despojarlas del espacio en que trabajan.

Para hacer una construcción de la Junta municipal de reclutamiento... interesante. Apuesto que si a los miembros de la junta (excepto al coordinador) le hubieran preguntado que opinaba de sacar a las niñas y perderles sus cosas, hubieran dicho que no, por elemental caballerosidad, algo que supongo que los secuaces tampoco saben que es.

En fin, algún día cuando la historia recuerde este Ayuntamiento, si no me equivoco, no será por las actitudes positivas, la política de altura y la capacidad de negociación.

Se podría recordar como aquella que se peleó con los empresarios, los periodistas, con los burócratas y hasta con las niñas exploradoras, a la que por cierto cuentan que también les robó las galletas.