El pasado inicio de clases, los docentes de la tercera parte de las escuelas ensenadenses cerraron las puertas y anunciaron una suspensión de labores para manifestarse ante el Sistema Educativo Estatal. La razón principal: el adeudo de 260 millones de pesos a casi 3 mil profesores que han trabajado sin recibir el pago correspondiente.

El gobernador del estado pudo resolver realizando los pagos pero hacer política es más barato: una reunión con la Ciudad de México con el líder nacional del sindicato, promesas de pago, fotografía con amplia sonrisa en los dos bandos, comunicado oficial de asunto resuelto y listo, clases garantizadas para el martes 19 de agosto.

Si se trata de pensar bien, es probable que Juan Díaz de la Torre no esté enterado de la fama que acompaña cada paso de Gobierno del Estado de Baja California, cuyo crédito está cancelado en miles de empresas a causa de su constante insolvencia cuando se trata de cumplir con compromisos económicos.

Si se trata de pensar mal, el líder sindical está enterado de esto y en esa reunión se dedicaron a cocinar un espeso atole, para después suministrarlo con el dedo a todos y cada uno de los profesores que reclaman el pago de sus salarios.

En cualquiera de los dos casos, las clases continuaron de manera regular pero sin la solución real del problema… magia de políticos: fue suficiente poner por escrito que el gobierno “Asume el compromiso de que hoy mismo iniciará la liberación de recursos económicos para resolver dicho rezago”.

Será cuestión de tiempo calcular el nivel de demagogia en el acuerdo, aunque el mejor de los escenarios es uno donde el sindicato realmente busca lo mejor para los profesores, el gobernador cumple su palabra con el tema de los pagos y todo lo escrito al respecto solo son prejuicios.