Una bolsa de papas fritas que le quitaron a Eduardo sus compañeros de campamento, fue lo que hizo que éste decidiera marcharse, el pasado viernes 25 de julio, del rancho El Refugio en Ensenada, donde estaban albergados desde el domingo 20 de julio explicó el Subprocurador de Justicia Marco Antonio Chavarría quien tras localizar a Eduardo estuvo presente en todas las diligencias.

En la averiguación previa que se abrió sobre el caso, se indica que el grupo en el que estaba Eduardo el día que se extravió, estaba compuesto por 30 niños y 6 adultos, miembros de un albergue infantil de Playas de Tijuana, en donde Eduardo lleva 8 años internado.

El viernes 25 de julio, el campamento había terminado y la intención era salir rumbo a Tijuana después de la una de la tarde.

Poco antes a las 12:30, Eduardo terminó de comer y salió del comedor primero que todos. Media hora mas tarde cuando lo buscaron para regresar a Tijuana ya no estaba.

El menor como parte de su autismo tenía la costumbre de esconderse ante diversas circunstancias y creyeron que era algo similar, lo buscaron en el rancho, en las habitaciones y baños, pero no lo encontraron.

Los responsables del grupo iniciaron entonces la búsqueda del menor en las instalaciones del Rancho, sin éxito y horas mas tarde en una granja cercana, un vecino les confirmó que había visto a Eduardo horas antes y le dijo que si iba a Ensenada podía tomar ese camino derecho.

El grupo siguió su búsqueda pero no lo localizaron pese a que siguieron las huellas de los tenis Convers que el menor usaba, hasta que las huellas se perdieron en la Colonia Popular 89 a mas de 15 kilómetros de donde estaba el Rancho,

El mismo viernes 25 de julio, los responsables de Eduardo abandonaron la búsqueda y se marcharon a Tijuana sin avisar en Ensenada a las corporaciones policiacas de lo que ocurría.

En Tijuana, dieron aviso que el menor se había perdido al DIF Estatal, que reportó el caso a la Procuraduría de Justicia del Estado, el sábado 26 de julio, casi 24 horas después de la desaparición, que fue cuando la Policía Ministerial de Ensenada fue enterada del suceso.

Los agentes ministeriales se dirigieron al Rancho donde se perdió el menor para seguir las pistas y huellas y con una foto de Eduardo, empezaron a preguntar en los ranchos cercanos, incluyendo el poblado de Ojos Negros donde entregaron volantes a los residentes.

Lo mismo hicieron hacia el Norte de la ciudad en San Antonio de las Minas, Francisco Zarco y las rancherías que se ubican a lo largo de la zona.

Mientras esto ocurría, el menor seguía caminando sin parar, saliendo de la ciudad de Ensenada, para seguir los caminos vecinales que lo llevaron hasta San Antonio de las Minas y a Francisco Zarco en los días siguientes.

El martes desde C4 se informó que un menor había llegado a Francisco Zarco a un albergue de nombre Mi Casita CUMI la noche anterior y se marchó antes de que lo reportaran.

Al entrevistar al encargado, este confirmó que un día antes un menor había llegado a pedir ayuda y al ver como se encontraba, le dieron comida, le dejaron dormir y le ofrecieron lugar para que se bañara lo que no quiso hacer.

El encargado del albergue explicó que el menor era muy callado, que solo respondió algunas preguntas y luego se durmió

El menor, se levantó a las cinco de la mañana y por espacio de 3 horas estuvo caminando en el patio, y luego simplemente desapareció por lo que reportaron el suceso a C4 reconociendo el encargado del albergue a Eduardo como el menor que se había perdido con un fotografía en medios.

Eduardo siguió caminando y cuando una persona le preguntó saliendo de Francisco Zarco si iba a Tecate, respondió que si y le dijeron que era ese el camino siguiendo su paso a un lado de la carretera.

Los policías ministeriales en tanto siguieron por equipos, entregando volantes en las comunidades cercanas a la carretera, ya que sabían que era el objetivo del menor, dirigiéndose a Tecate para dar aviso a otras corporaciones y a los delegados de las distintas comunidades.

El miércoles por la tarde la Policía Federal fue quien reportó que habían localizado a Eduardo caminando sólo a un costado de la carretera, cerca del poblado de El Hongo, en Tecate y a mas de 100 kilómetros del lugar de donde salió.

Policías ministeriales de Ensenada que estaban en la zona fueron de inmediato por él para trasladarlo a esta ciudad y poder entrevistarlo y verificar su estado de salud.

Pese a la larga travesía, se veía bien, pero caminaba con dificultad a causa de las ampollas en los pies y la hinchazón por tanto esfuerzo. Lo revisó un médico perito y luego de darle de comer, lo entrevistaron los agentes del Ministerio Público para saber que había ocurrido.

Eduardo, como se ha dicho con anterioridad, padece autismo, pero a decir del Subprocurador, es un caso leve, porque a diferencia de otros adolescentes con este problema, si logra establecer una comunicación mas o menos fluída.

Eduardo dijo que se había ido del lugar porque estaba molesto porque unos niños le robaron sus papitas y entonces se quiso ir.

Cuando le preguntaron porque iba a Tecate dijo que no sabía, pero no le gustaba Tijuana porque en el albergue donde está no puede dormir bien y en el rancho donde estuvo de campamento si descansó.

Tras declararlo, Eduardo fue alimentado de nuevo pero se negó a bañarse pese cinco días de caminata, mas tarde fue trasladado al Hospital General de Ensenada donde quedó internado toda la noche para observación y custodiado siempre por dos agentes ministeriales.

Este jueves por la mañana finalmente Eduardo fue entregado de nuevo al DIF Estatal para su custodia.

La averiguación previa en torno a este caso sigue abierta.