En nuestro sondeo anterior le planteamos: Desde su punto de vista, el colapso financiero del Ayuntamiento es un problema administrativo, de política o de corrupción. El 79 por ciento de los participantes expresó que se trata de un problema de corrupción; el 15 por ciento optó por señalar que se trata de un problema administrativo y solo el 6 por ciento refiere a lo político. Gracias a todos por participar.
En unos días concluye uno de los trienios más controvertidos de nuestra historia, envuelto en dimes y diretes desde que Enrique Pelayo accedió a la candidatura por el PRI, como bateador emergente luego de que el actual alcalde electo declinara en aquel momento por cuestiones de salud.
Aunque siempre se han dado desencuentros entre sociedad y gobierno, la variable que los políticos no terminan de entender es la incorporación de las nuevas formas que la comunidad tiene para organizarse, específicamente aquellas que tienen que ver con Internet.
Por lo que respecta a los medios de comunicación, la posibilidad de la interacción ha hecho que cualquier ciudadano pueda ser parte del elemento noticioso: lo publicado se enriquece, se critica, se niega o se aprueba, siempre desde una perspectiva que además se comparte.
Los distintos actos en los que se vio envuelta la imagen del alcalde no quedaron como hechos aislados… se acumularon en la memoria colectiva y quedaron como un explosivo dispuesto a detonar en cualquier momento.
El cambio de uso de suelo en Valle de Guadalupe y los problemas financieros para liquidar la nómina municipal resultaron ser los detonadores y por primera vez, conocemos la posibilidad de que un informe de alcalde no se presente de forma pública.
Enrique Pelayo paga las consecuencias de haber pasado por alto el cuidado de su imagen pública. A estas alturas, si lo entendió o no, es lo de menos. Los resultados son irreversibles.