Patricia Esmeralda Sáenz Valdez, Responsable del Programa de Salud de la Mujer, informó que es necesario que las mujeres ensenadenses hagan uso del programa para la detección oportuna de cáncer de mama y cáncer cervico-uterino.

En las unidades de salud de Ensenada, en las que se ofrecen los estudios a todas las mujeres que ya hayan iniciado su vida sexual, más del 70 por ciento de las mujeres que solicitan o aceptan el Papanicolaou son mayores de 40 años.

Mientras que el 30 por ciento de las mujeres a las que se les ofrecen, son menores de 40 años. Aunque son más de la mitad, las mujeres que aceptan el estudio a través de esta dependencia estatal, los médicos consideran como un porcentaje muy bajo para la detección de un cáncer.

El Papanicolaou, consiste en la toma de una muestra de las células del cuello de la matriz. Se introduce un espejo vaginal y con un cepillo cervical se toma un barrido del cuello de la matriz. Se toma la muestra celular, ésta se envía a un laboratorio para ser observada en microscopio, y los encargados de interpretar la lámina pueden detectar si hay células con cambios en su forma, tamaño o estructura, que sugieren una displasia o cáncer.

Esta detección, sirve como una primera herramienta, con la que posteriormente, se detectan a pacientes sospechosas.

El Papanicolaou no es un estudio que hace diagnósticos, únicamente detecta una sospecha de cáncer. Una vez identificadas las pacientes sospechosas, se hacen los estudios pertinentes hasta completar un diagnóstico.

El estudio se lo debe realizar toda mujer que haya iniciado una vida sexual. Sáenz Valdez, comentó que a partir del año 2008, se modificó la norma oficial que recomendaba una periodicidad de una vez al año.

Actualmente, después de más de 50 años trabajando con el programa a nivel mundial, informó que está comprobado que no es necesario realizarlo cada año, sino hasta en un periodo de tres años, después de haber tenido dos resultados negativos.

Por ejemplo, si una mujer se realizó un estudio en el 2008 y el resultado fue negativo a cáncer, y en 2009 los resultados fueron iguales, el siguiente estudio deberá ser en el 2012 o 2013.

Por otra parte, explicó que el cáncer cervico-uterino, a la fecha, continúa siendo un problema de salud pública, que puede ser por cuestiones de acceso a servicios de salud. Por tal motivo este programa promueve a través de caravanas y unidades móviles, llevar los servicios a mujeres desprotegidas, “lo demás, son factores culturales” agregó.

Refiriéndose al conflicto personal que enfrenta una mujer al realizarse un estudio que no es cómodo, que puede sentir pena al ser atendida por un hombre. Sin embargo, en los centros de salud de Ensenada, las mujeres cuentan con el derecho de que, independientemente del sexo de la persona que realice el Papanicolaou, debe estar otra persona presente, ya sea un enfermero o enfermera o un trabajador social.

Reiteró la importancia de que las mujeres jóvenes acudan a realizarse el Papanicolaou, pues una mujer de 25 años que ya tenga una lesión, implica que a los 35 años tenga un cáncer cervico-uterino invasor. Y podría presentarse una defunción por esta causa a una temprana edad.

Cabe mencionar que el cáncer cervico-uterino, no es hereditario, pero sí intervienen factores de riesgo como el inicio de la vida sexual a edades tempranas, es decir menores de los 18 años de edad, tener más de dos parejas sexuales, entre otros. Pero el más importante, es el nunca realizarse un estudio de Papanicolaou.

Finalmente, Sáenz Valdez, hizo un llamado a las mujeres a que acudan a cualquier centro de salud, sin importar su afiliación médica, para demandar el servicio, no a solicitarlo. Pues indicó que es un derecho de la paciente, y se le debe aplicar cuando ella lo indique, sin consto alguno.

El único motivo por el cual se puede negar el Papanicolaou, es que la paciente esté menstruando o que haya sangrado menstrual. De presentar algún sangrado anormal, es causa importante para que acuda a realizarse el estudio.