Una de las pesquerías más antiguas de Ensenada asociada junto con el atún aleta amarilla y la albacora al desarrollo de este Puerto, agoniza con el cierre de las plantas productoras de harina de pescado que enfrentan actualmente una de las crisis mas graves de su historia.
Esta crisis, solo es comparable a la que enfrentó México a principios de los noventa, con el ingreso a México de harina de pescado procedente de Chile que con precios por abajo del costo de producción, provocaron el cierre de mas de la mitad de las plantas harineras de pescado del país.
Ubicada esta industria en los Estados de Sonora, Baja California Sur y Baja California, en los puertos de Guaymas, Yavaros, San Carlos y Ensenada, la industrialización de la sardina se empezó a realizar en el país a mediados de los años 60, como parte del desarrollo de las plantas enlatadoras de atún y sardina.
Inicialmente el proceso de reducción de desechos de pescado se realizaba con anchoveta, colas, espinas y cabezas de atún, macarela y sardina, y el resultado de estas harinas se incorporaba a alimentos balanceados para granjas avícolas y ganaderas.
El proceso se fue afinando, con el desarrollo de nuevos productos y la exigencia de los mercados, especialmente los de exportación en donde con gran éxito, incursionaron las plantas productoras de harina de pescado mexicano, especialmente las de Ensenada.
Las empresas reductoras de pescado, están sujetas a la presencia de sardina y anchoveta en las costas, por lo que el desplome en las capturas incidían en una menor producción de harina de pescado.
En 1998 México capturó en alrededor de 300 mil toneladas de pelágicos menores, entre sardina, macarela y anchoveta con una flota compuesta por 74 embarcaciones con permiso de los cuales solo operaban 60.
De acuerdo a estudios de investigadores mexicanos en el volumen del Instituto Nacional de la Pesca Sustentabilidad y Pesca Responsable en México, evaluación y manejo, editado por SEMARNAP en 1998, del total de las capturas de sardina. Anchoveta y macarela; el 84.5% se utiliza como materia prima de alimentos de aves y ganado; el 15% del total se enlata para consumo humano y 0.5% se comercializa en fresco.
México, presenta una fuerte demanda de harina de pescado, especialmente para la producción de alimento para aves, ganado y ahora también en granjas acuícolas, sin embargo es deficitario en la producción.
Del total de la producción nacional, Ensenada es el principal productor del país, con cinco plantas supervivientes a la escasez anchoveta, al dumping chileno y a las devaluaciones.,
Sin embargo de acuerdo a Manuel Mejía Velasco, propietario de la Empresa Productos de Ensenada PROESA, el acoso a que se han visto sometidos en los últimos dos años por CNA, PGR, Ecología del Estado, CESPE ha empezado a tener resultados.
En las últimas semanas casi 200 trabajadores de PROESA fueron liquidados, las embarcaciones de la flota sardinera que realizaban la captura de materia prima, están detenidas en el muelle, no hay mercado para su producto.
Las plantas restantes, se encuentran a menos de la cuarta parte de su capacidad de operación en tanto, no se han planteado por parte de las autoridades mecanismos para cambiar, reconvertir o buscar alternativas a esta industria que actualmente agoniza en Ensenada.